A la hora de renovar las ventanas del hogar, una de las decisiones más importantes es elegir el tipo de apertura que mejor se adapte a cada estancia. Entre las opciones más comunes destacan las ventanas correderas y las ventanas oscilobatientes, dos sistemas que ofrecen soluciones diferentes en términos de espacio, aislamiento y funcionalidad.
En este artículo, te ayudamos a identificar cuál se ajusta mejor a las necesidades de tu vivienda.
Ventanas correderas: solución práctica para espacios reducidos
Las ventanas correderas se deslizan lateralmente sobre un riel, lo que permite abrirlas sin invadir el espacio interior. Esta característica las convierte en una excelente opción para estancias pequeñas o zonas en las que el mobiliario está muy próximo a la ventana.
Son especialmente útiles en cocinas donde se busca una apertura rápida y sin obstáculos, en lavaderos con espacio limitado o en galerías y balcones cerrados que necesitan luz y ventilación sin perder superficie útil.
Aunque su funcionalidad es indiscutible, hay que tener en cuenta que, debido a su sistema de cierre, no ofrecen el mismo nivel de aislamiento térmico y acústico que otros tipos de ventanas. Por ello, en zonas muy frías o con ruido exterior, puede ser más recomendable optar por sistemas con mejor hermeticidad.
Ventanas oscilobatientes: versatilidad, eficiencia y confort
Las ventanas oscilobatientes combinan dos formas de apertura: abatible (lateral) y basculante (desde la parte superior). Este doble sistema permite una ventilación controlada, ideal para mantener el aire fresco en el hogar sin abrir completamente la ventana.
Este tipo de ventanas es especialmente recomendable para dormitorios, salones y oficinas, donde se valora el aislamiento térmico y acústico, la seguridad y la comodidad. También son muy útiles en baños, ya que permiten ventilar de forma parcial sin comprometer la intimidad ni la seguridad.
Además, su diseño facilita la limpieza desde el interior y proporciona una gran estanqueidad, lo que las convierte en una opción muy eficiente en términos energéticos.
¿Cuál es la mejor opción para cada estancia?
La elección entre una ventana corredera y una oscilobatiente depende, sobre todo, del uso que se haga del espacio, del tamaño disponible y de las condiciones del entorno.
Por ejemplo, en una cocina pequeña o un lavadero, lo más adecuado suele ser una ventana corredera por su practicidad. En cambio, en dormitorios, salones o zonas donde se prioriza el confort térmico, las oscilobatientes ofrecen mejores prestaciones. En baños, ambas opciones pueden funcionar bien dependiendo del espacio y de la necesidad de ventilación.
Confía en materiales de calidad: PVC con garantía Kömmerling
Tanto si eliges una ventana corredera como una oscilobatiente, lo más importante es que esté fabricada con materiales de calidad. En Vecesam, utilizamos perfiles de PVC Kömmerling, que garantizan un excelente comportamiento frente al paso del tiempo, una gran eficiencia energética y múltiples posibilidades de personalización.
El PVC es resistente, duradero y ofrece un excelente aislamiento, lo que lo convierte en el material perfecto para mejorar el confort del hogar y reducir el consumo energético, sin renunciar a un diseño moderno y elegante.
Por ende, no hay una única respuesta válida: cada tipo de ventana tiene sus ventajas según el espacio y las necesidades del usuario. Lo importante es contar con el asesoramiento adecuado para elegir la opción que combine funcionalidad, eficiencia y estética.
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